Comenzamos la semana con otra problemática común entre “nuestros amigos”, y por la que recibimos frecuentes visitas en nuestras clínicas veterinarias.

La otitis es la inflamación del conducto auditivo externo. El origen puede ser múltiple: cuerpos extraños, tumores, parásitos óticos, bacterias, levaduras,  enfermedades alérgicas, seborreas, patologías endocrinas, enfermedades autoinmunes…

otitis

otitis en perros

Una vez que se inicia la otitis, se produce una inflamación del conducto, con estrechamiento del mismo, lo cual causa dolor y/o picor.  Aprovechando las condiciones generadas en el conducto auditivo externo, proliferarán bacterias y levaduras que pueden ser residentes naturales del conducto (Staphylococcus intermedius o Malassezia pachydermatis) o bien oportunistas externos (Pseudomonas spp, E.coli, Proteus spp …) . Cada uno de estos gérmenes producirá un tipo especial de exudado y requerirá medidas terapéuticas especiales.

Hay situaciones que facilitan la presentación de otitis, como por ejemplo los pabellones auriculares péndulos (Basset Hound, Cocker, etc), excesiva humedad de los conductos (perros a los que les gusta nadar, perros de caza), conductos con pliegues muy marcados (Sharpei) o con mucho pelo (caniche, shiz tzu)…

SINTOMAS DE LA OTITIS

La otitis en perros se presenta con dolor ótico, inclinación de la cabeza hacia el lado afectado, sacudidas repetidas de la cabeza, rascado excesivo, alopecia, presencia de exudados o enrojecimiento del pabellón auricular.

Si observamos alguno de estos síntomas, deberemos acercarnos al veterinario, el cual hará una exploración general del perro y en especial de los conductos auditivos, y podrá poner el tratamiento adecuado según el tipo de otitis.  A veces serán necesarias pruebas complementarias como citologías, búsqueda de parásitos, cultivos bacterianos y antibiogramas, radiografías de bullas timpánicas, pruebas de alergia, estudios hormonales, biopsias de piel… etc. Estos estudios serán especialmente importantes en otitis crónicas recidivantes, para poder determinar si el problema es exclusivamente ótico o bien hay una enfermedad sistémica que predisponga al perro a padecer esas otitis.

El tratamiento va a depender de la causa: en las otitis más leves bastará con un tratamiento local que contenga antiinflamatorios y antibióticos y/o antifúngicos.  En Otitis más resistentes nuestra mascota deberá tomar por vía oral el tratamiento.  En casos muy severos y muy crónicos, hay que solucionar el problema de forma quirúrgica.  En caso de demostrarse una enfermedad sistémica,  habrá que tratarla también.

Son procesos muy dolorosos, así que si observáis los sintomas descritos anteriormente, no dudéis en acudir a vuestro veterinario de confianza.